martes, 9 de junio de 2009
martes, 2 de junio de 2009
viernes, 29 de mayo de 2009
MOZART
Wolfgang Amadeus Mozart, con nombre de nacimiento Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart[1] [jo:hanǝs kʁyˈzɔstomus ˈvɔlfgaŋus ˈtʰe:ofilus ˈmo:ʦat] (Salzburgo, en la actual Austria, 27 de enero de 1756 - Viena, 5 de diciembre de 1791), fue un compositor clásico y ha sido considerado por muchos uno de los más grandes en su género.
A pesar de que murió muy joven (apenas a los 35 años), dejó una obra extensa que abarca todos los géneros musicales de su época. Compuso más de 600 obras, muchas de ellas reconocidas como las obras cumbre de la música sinfónica, concertante, de cámara, para piano, para ópera y coral. Es uno de los compositores clásicos más populares.
Mozart mostró una capacidad prodigiosa en su niñez más temprana en Salzburgo. Cuando ya tocaba el teclado y el violín, compuso obras a la edad de cinco años y realizó interpretaciones para la realeza europea. A los diecisiete fue contratado como músico en la corte de Salzburgo, pero debido a su inquietud viajó en busca de una mejor posición, siempre componiendo de forma prolífica. Durante su visita a Viena en 1781 fue despedido de su puesto en la corte de Salzburgo y decidió quedarse en la ciudad, donde alcazó la fama durante el resto de su vida, pero tuvo poca seguridad financiera. En sus años finales en Viena realizó muchas de sus sinfonías, conciertos y óperas más conocidas, y el Réquiem. Las circunstancias de su temprana muerte a los 35 años han sido muy mitificadas.
Mozart siempre aprendía vorazmente de otros músicos y desarrolló un esplendor y una madurez de estilo que rodeó la luz y elegancia con la oscuridad y pasión -todo bien informado por una visión de humanidad "redimido por el arte, perdonado y reconciliado con la naturaleza y el absoluto".[2] Su influencia en toda la música occidental posterior es profunda. Ludwig van Beethoven escribió sus primeras composiciones a la sombra de Mozart, de quien Joseph Haydn escribió que "la posteridad no verá tal talento otra vez en 100 años".[3FAMILIA E INFANCIA
Wolfgang Amadeus Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo, en la actual Austria y que en esa época era un arzobispado independiente del Sacro Imperio Romano Germánico. Fue el último hijo de Leopold Mozart, músico al servicio del príncipe arzobispo de Salzburgo. Leopold era el segundo maestro de capilla en la corte del arzobispo de Salzburgo y un compositor con poca relevancia, aunque fue un experimentado profesor. Su madre se llamaba Anna María Pertl. Debido a la altísima mortalidad infantil en la Europa, de los 7 hijos que tuvo el matrimonio sólo sobrevivieron Maria Anna, apodada cariñosamente Nannerl, y Wolfgang Amadeus. Fue bautizado en la catedral de San Ruperto el día después de su nacimiento con los nombres de Joannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart; a lo largo de su vida firmaría con diversas variaciones sobre su nombre original, siendo una de las más recurrentes "Wolfgang Amadè Mozart".[4]
La casa natal de Mozart se encuentra en la Getreidegasse n.º 9 de la ciudad de Salzburgo. Se trata de una casa de tres plantas que actualmente cuenta con una gran cantidad de objetos de la época e instrumentos que pertenecieron a Mozart durante su niñez. Es uno de los lugares más visitados de Salzburgo y una especie de santuario para músicos y aficionados a la música de todo el mundo.
AÑOS DE VIAJES
Durante los años en los que Mozart se estaba formando, su familia realizó varios viajes por Europa, en los cuales mostraron a él y a su hermana Nannerl como niños prodigio. El 12 de enero de 1762, la familia entera partió hacia Múnich. Comenzaron con una exbición en la Corte del príncipe elector de Baviera Maximiliano III y más tarde en el mismo año en la corte imperial de José II de Habsburgo en Viena y Praga. La permanencia en la ciudad de Viena —uno de los principales centros de la música en esa época— culminó con dos recitales ante la familia imperial en el palacio de Schönbrunn. El pequeño Wolfgang causaba sensación en cada concierto. El dinero recolectado en este viaje no fue tanto como los elogios recibidos. Podría decirse que éste fue un viaje de prueba para Leopold. El 5 de enero de 1763, la familia Mozart retornó a Salzburgo. El viaje había durado poco menos de un año.
La corte de Salzburgo
Mozart y su padre volvieron definitivamente a Salzburgo el 13 de marzo de 1773. Allí se enteraron de la muerte del príncipe-arzobispo Schrattenbach, que siempre los había apoyado. Comenzó entonces una nueva etapa, mucho más difícil. Hieronymus von Colloredo, el nuevo príncipe-arzobispo de Salzburgo, que se mostró autoritario e inflexible con el cumplimiento de las obligaciones impuestas a sus subordinados. Mozart era hijo predilecto de la ciudad, en la que tenía muchos amigos y admiradores[16] y tuvo la oportunidad de trabajar en numerosos géneros musicales, incluyendo sinfonías, sonatas, cuartetos de cuerdas, serenatas, divertimentos, mucha música sacra y algunas óperas menores. Varias de estas primeras obras aún son interpretadas. Entre abril y dieciembre de 1775, Mozart desarrolló un entusiasmo por los conciertos para violín, produciendo una serie de cinco conciertos (los únicos que escribiría en su vida), incrementando constantemente su sofisticación musical. Los últimos tres (K. 216, K. 218 y K. 219) son ahora básicos en su repertorio. En 1776 volvió sus esfuerzos hacia los conciertos para piano, culminando en el Concierto en mi♭ (K. 271) a principios de 1777, considerado por los críticos el punto de ruptura de su obra.[17El viaje a París
En agosto de 1777, Mozart estaba resignado con su posición[22] y el 23 de septiembre se aventuró de nuevo en un viaje en busca de empleo, visitando las ciudades de Augsburgo, Mannheim, París y Múnich.[23] Debido a que el arzobispo Colloredo no permitiría a Leopold viajar con su hijo, la madre de Wolfgang, Anna María fue su acompañante.
Mozart trabó relación con los miembros de la famosa orquesta de Mannheim, la mejor de Europa en esa época. Esta orquesta era conocida porque, por primera vez en la historia de la música, exageraban la diferencia entre los pasajes suaves y los fuertes. Este estilo se dio en llamar "estilo de Mannheim" y pocas décadas después sería una característica principal de la música del Romanticismo. También se enamoró de Aloysia Weber, una de las cuatro hijas de la familia Weber, a la que conoció durante una escala en Múnich. En Mannheim había algunas perspectivas de conseguir empleo, pero ellos no encontraron nada y los Mozart se marcharon a París el 14 de marzo de 1778[24] para continuar su búsqueda de empleo. Allí su suerte fue apenas mejor. En una de sus cartas a casa insinúa la posibilidad de establecerse como organista en Versalles, pero Mozart no estaba demasiado interesado con este nombramiento.[25] Su situación económica era delicada hasta el punto de que debido a las deudas tuvo que empeñar objetos de valor.[26] El peor momento de su viaje fue cuando la madre de Mozart enfermó y falleció el 3 de julio de 1778.[27] Probablemente se demoraron demasiado en llamar a un doctor, según Halliwell, por la falta de fondos.[28]
Durante la estancia de Wolfgang en París, Leopold seguía buscando enérgicamente oportunidades para la vuelta de su hijo a Salzburgo[29] y con el apoyo de la nobleza local asegurarle una mejor posición como organista y primer violinista de la corte. El salario anual ascendía a 450 florines,[30] pero Wolfgang era reacio a aceptarlo[31] y después de marcharse de París el 26 de septiembre de 1778 se detuvo en Mannheim y Múnich, todavía con la esperanza de obtener un nombramiento fuera de Salzburgo. En Múnich se volvió a encontrar con Aloysia, convertida en una exitosa cantante pero ella le dejó claro que no estaba interesada en él.[32]
Finalmente, Wolfgang regresó a su hogar el 15 de enero de 1779 y aceptó el nuevo puesto, pero descontento con Salzburgo no había disminuido. La Sonata para piano n.º 8 en la menor K. 310 y la Sinfonía París están entre las obras más conocidas de la estancia de Mozart en París, donde fueron representadas el 12 y 18 de junio de 1778.[33Marcha a Viena
En enero de 1781, la ópera Idomeneo de Mozart fue estrenada con un "considerable éxito" en Múnich.[34] En marzo, el compositor fue llamado a Viena, donde su patrón el arzobispo Colloredo acudió a las celebraciones del acceso al trono austriaco de José II de Habsburgo como emperador.[35] Mozart, fortalecido por los elogios recibidos en Múnich, se sintió ofendido cuando Colloredo lo trató como a un mero sirviente y particularmente cuando el arzobispo le prohibió interpretar ante el Emperador en casa de la condesa Maria Wilhelmine Thun, actuación por la que hubiera recibido unos honorarios iguales a la mitad del salario anual que cobraba en Salzburgo. La discusión resultante llegó en mayo, cuando Mozart intentó dimitir de su puesto pero el arzobispo la rechazó. Le concedieron un permiso el mes siguiente, pero de forma insultante. El compositor fue rechazado literalmente "con una patada en el culo", administrada por el auxiliar del arzobispo, el conde Arco. En Viena, Mozart se había dado cuenta de algunas buenas oportunidades y decidió instalarse allí como un intérprete y compositor independiente.[36]
La discusión con el arzobispo fue muy dura para Mozart porque su padre se posicionó en contra suya. Esperando fervientemente que siguiera obedientemente a Colloredo en su vuelta a Salzburgo, Leopold intercambió cartas con su equivocado hijo, urgiéndole a reconciliarse con su patrón, pero Wolfgang defendió apasionadamente sus intenciones de emprender una carrera independiente en Viena. El debate finalizó cuando Mozart renunció a su puesto, liberándose de las demandas de un patrón opresivo y un padre demasiado solícito. Solomon caracteriza la dimisión de Mozart como un "paso revolucionario" y que alteró enormemente el curso de su vida.VUELTA A LA OPERA
A pesar del gran éxito obtenido con la ópera El rapto en el Serrallo en 1782, Mozart compuso poca literatura operística en los siguientes 4 años, produciendo únicamente dos obras inconclusas y un acto de Der Schauspieldirektor. Se centró fundamentalmente en su carrera como pianista solista y como compositor de conciertos. Sin embargo, alrededor de 1785, Mozart abandonó la composición de obras para teclado[50] y comenzó su famosa colaboración operística con el libretista Lorenzo da Ponte.
En 1786 tuvo lugar en Viena el exitoso estreno de la ópera Las bodas de Fígaro, basada en la obra homónima de Pierre-Augustin de Beaumarchais y que no estuvo exenta de polémica debido a su contenido político. Sin embargo, Mozart y Da Ponte se las arreglaron para excluir de ésta todo aquello que pudiese "poner nerviosas" a las autoridades vienesas y logró pasar la censura. La preocupación del Emperador residía en que la obra sugería la lucha de clases y en Francia ya había generado algunos disturbios a su hermana María Antonieta. En el aria de Fígaro "Se vuol Ballare" se nota parte de ese contenido que quiso minimizarse (Fígaro, con fina pero intensa ironía, entona una cavatina dirigida a su patrón el Conde de Almaviva).
Su recepción en Praga más tarde en el mismo año fue aún más cálida y esto condujo a una segunda colaboración con Da Ponte: la ópera Don Giovanni. Fue estrenada en Praga en octubre de 1787 con un rotundo éxito, al igual que sucedió en su estreno en Viena en 1788. Esta obra, que narra las aventuras de Don Juan, había sido un tema recurrente en la literatura y el teatro y, por lo tanto, Da Ponte no se basa en un texto particular, sino que recoge información de múltiples fuentes. La ópera fue catalogada por Mozart como un "dramma giocoso" y su título original era Il dissoluto punito o sia Il D. Giovanni. El contenido dramático de esta obra está presente desde el comienzo, con la muerte del comendador, hasta el final, y contiene algunos de los pasajes más hermosos de la obra de Mozart.
Dificultades económicas
Hacia el final de la década, la situación económica de Mozart empeoró. Alrededor de 1786 dejó de aparecer frecuentemente en conciertos públicos, por lo que sus ingresos se redujeron.[52] Esa época fue de grandes dificultades para todos los músicos de Viena a causa de la guerra entre Austria y Turquía y que el nivel de prosperidad y estatus económico de la aristocracia, que los financiaba, había reducido.[53]
La ciudad de Viena iría perdiendo el interés musical por Mozart debido al advenimiento de otros pianistas con una técnica mucho más aguerrida que Mozart, como en el caso de Muzio Clementi, con escalas en terceras y acordes más sonoros, ideales para los pianos de construcción inglesa de una sonoridad más robusta, al contrario de los de sonoridad delicada vienesa, aptos para las escalas y sutilezas del pianismo mozartiano. Sus Academias o conciertos por suscripción, que habían sido en toda su estadía en Viena una de las mejores fuentes de ingreso (además de inspiración y motivo de composición de sus conciertos para piano y orquesta a partir del n.º 11, KV 413), comenzaron a perder audiencia, por lo que ya no le reportaban beneficios económicos.
Último año de vida
El último año de vida de Mozart, 1791, fue, hasta su enfermedad final, un tiempo de gran productividad y, en cierto sentido, un tiempo de recuperación personal.[56] Realizó numerosas composiciones, incluyendo algunos de sus trabajos más admirados: la ópera La flauta mágica, el final del Concierto para piano n.º 27 en si♭ (K. 595), el Concierto para clarinete K. 622, el último de su gran serie de quintetos de cuerda (K. 614 en mi♭), el motete Ave verum corpus K. 618 y el inacabado Réquiem K. 626.
La situación financiera de Mozart, una fuente de ansiedad extrema en 1790, finalmente comenzó a mejorar. Aunque las evidencias no sean concluyentes[57] aparecen patrocinadores ricos en Hungría y Amsterdam prometiendo anualidades a Mozart, a cambio de composiciones ocasionales. Probablemente también se benefició de la venta de música de baile compuesta en su papel como compositor de cámara imperial.[57] Mozart más volvió a pedir dinero prestado a Puchberg y empezó a hacer frente al pago de sus deudas.[57]
Experimentó una gran satisfacción por el éxito público de algunos de sus trabajos, destacando La flauta mágica (representada en numerosas ocasiones en el corto período entre su estreno y la muerte del compositor)[58] y la Pequeña cantata masónica K. 623, estrenada el 15 de noviembre de 1791.[59]
En marzo de 1791, Mozart ofreció en Viena uno de sus últimos conciertos públicos; tocó el Concierto para piano n.º 27 (KV 595). Su último hijo, Franz Xaver, nació el 26 de julio.